Para el pueblo Cahuilla, las cestas siempre han sido una parte central de la vida. La fabricación de cestas es un proceso complejo, que va desde salir a recoger las plantas hasta hacer ofrendas por las plantas recogidas, pasando por la limpieza y la preparación de las plantas y el tejido de las cestas.
Cestas: Compartiendo nuestras historias
Durante siglos, los pueblos indígenas gestionaron la tierra mediante la cestería. Las prácticas necesarias para la cestería, como el deshierbe, la poda y las quemas controladas, son el modo en que los cahuillas cuidaban y mantenían la tierra. Al igual que los jardineros podan sus rosas para que éstas se mantengan sanas, el recorte y la recolección de plantas locales hace que las propias plantas crezcan más fuertes. Los ancianos Cahuilla explican que si la gente deja de atender y cosechar las plantas nativas, éstas no seguirán creciendo. El descuido humano de las comunidades vegetales ya ha tenido consecuencias desastrosas para el ecosistema de la región. Por lo tanto, es de vital importancia que los cahuillas y otros pueblos indígenas sigan utilizando las plantas locales, para el sustento de las mismas y del medio ambiente circundante.
Las cestas se utilizan en todos los aspectos de la vida de los Cahuilla, desde el comienzo de la vida con la cesta de bebé, hasta los sombreros de cesta, pasando por la elaboración de alimentos, el almacenamiento, la cocina, el transporte de recursos, las ceremonias, los intercambios de regalos y mucho más. Como tal, las cestas son de gran importancia para la cultura Cahuilla y están integradas en las historias de la comunidad local. La enseñanza de la cestería suele correr a cargo de los ancianos, cuyos conocimientos y experiencia provienen de años, normalmente décadas, de cuidadosa práctica que han dado lugar a cestas excepcionales. Muchas cestas Cahuilla se consideran obras de arte y se exponen en museos de todo el mundo.
A través de las cestas se cuentan diferentes historias. Muchos incluyen las historias originales de los cahuillas sobre la doncella de la luna y sus enseñanzas sobre la cestería a los primeros pueblos. Enseñaba a la gente a hacer cestas y les enseñaba los diseños, los tipos de plantas que había que utilizar y dónde recogerlas. En estas historias, la gente aprendía sobre las plantas, los animales y la tierra, de forma similar a las lecciones contenidas en los cantos de los pájaros.
Para continuar con la cestería hoy en día, los cahuillas trabajan con agencias locales, estatales y federales como el Servicio de Parques Nacionales, ya que dichas agencias gestionan muchas de sus áreas de reunión tradicionales. Los recolectores informan al personal de la agencia sobre los usos autóctonos de las plantas y recursos locales para evitar el uso de pesticidas perjudiciales. Esta labor de divulgación forma parte del papel del pueblo Cahuilla como cuidador de la tierra, no sólo en las reservas sino también en los parques urbanos, estatales y privados. La cooperación entre las agencias y las comunidades nativas es importante, no sólo para los recolectores y tejedores de cestas locales, sino para la supervivencia de la propia tierra.