De los cítricos a la logística: siglos de trabajo

From Citrus to Logistics es una exhibición al aire libre instalada en el anfiteatro adyacente al Sunkist Center en el California Citrus State Historic Park.

Color photograph of citrus workers strike with many assembled waving flags

Huelga de jornaleros de cítricos en Wonderful Citrus, Delano, Calif., 2019.

United Farm Workers of America.

El verde paisaje alrededor del Parque Histórico Estatal de Cítricos de California oculta todo lo que ocurre detrás de escena para que los cítricos prosperen. La tierra que había mantenido a los nativos americanos durante miles de años se transformó para cultivar y servir para un solo tipo de cultivo: El cultivo de cítricos. Este requería de grandes cantidades de agua, pesticidas y de dispositivos que producían smog para poder hacerlo lucrativo. Multitudes de migrantes e inmigrantes fueron tratados como fuerza de trabajo prescindible y, por lo tanto, mantuvieron sus salarios a un nivel bajo, especialmente durante el tiempo de cosecha.

No todos disfrutaron por igual de los frutos de su trabajo. Los inversores británicos ayudaron a desarrollar el área donde se encuentra el parque hoy día: En el siglo XIX el parque funcionaba como un rancho de cítricos.  Los Británicos Invirtieron fondos para tomar el control de los elementos más esenciales de la industria: agua, trabajo y tierra. A su vez, construyeron el canal que hoy día riega los huertos, mientras que en ese entonces también operaban los campos de trabajo junto a los huertos. Estos dormitorios se encontraban cerca de las comunidades mexicanas de trabajadores de cítricos (llamadas colonias), que empezaban a tomar forma.

Los propietarios de los huertos formaron cooperativas agrarias para poder controlar los costos de producción y distribución. Una de ellas fue la Southern California Fruit Exchange, que comenzó en 1893 y luego se convertiría en Sunkist. Esto otorgó inmenso poder a intereses comerciales cada vez más grandes. Los trabajadores a su vez se organizaron para luchar en pro de sindicatos y derechos humanos, luchando por mejores condiciones laborales y por un salario justo. Hoy en día, la industria de los cítricos se ha trasladado en gran medida al valle central y al valle imperial de California, mientras que masivos almacenes de logística han reemplazado a los huertos en el interior del sur de California. Sin embargo, los trabajadores de ambas industrias enfrentan muchos de los mismos retos y los abordan a través de la creación y organización de coaliciones multirraciales que conectan movimientos laborales con movimientos ecologistas, defendiendo a las personas por encima de las ganancias.

Three workers in side the metal flume of the Gage Canal

Los Canales

Tomada a menos de un cuarto de milla del Parque, esta imagen de 1913 muestra a los trabajadores apretando empalmes y ajustando las placas de acero en el canal que reemplazó la madera original de la Presa del Cañón del Sinsonte en el Canal Gage. Muchos de los canales de riego originales de la región fueron construidos por trabajadores chinos y nativos americanos en las décadas de 1870 y 1880. El canal duplicó la tierra disponible para el cultivo de cítricos. Muchos de los huertos sobrevivientes de Riverside, incluyendo los que se encuentran aquí en el Parque Histórico Estatal de Cítricos de California, continúan obteniendo agua del Canal Gage.

Construcción de canal de acero, Presa del Sinsonte, Canal Gage, Riverside, Calif., c. 1913. Library of Congress.

Post card called

Los Huertos

Al mismo tiempo, las postales exaltaban la región de los cítricos para incrementar el turismo, y comercializar la “fruta dorada” de California. El crecimiento de la industria de los cítricos dependía de los ferrocarriles, quienes transportaban los productos, y a la vez promovían una fantasía de un paraíso cítrico. Esta imagen es única porque muestra a trabajadores, ya que la representación del trabajo generalmente estaba fuera de la vista.

Postal, “Viajando a través de los Huertos de Naranja, California,” c. 1900. Colección privada.

Colored post card showing the fumigation of orange trees with children present

La Guerra Contra las Plagas

Históricamente, los propietarios de las huertas utilizaban una variedad de métodos para el control de plagas incluyendo carpas de fumigación con cianuro y azufre. Estas sustancias fomentaron lo que se convertiría en una dependencia de la agricultura a los productos químicos con el afán de producir fruta impecable y de “calidad.” Con esto le declararon la guerra a las plagas, mientras que la producción masiva de cianuro, originalmente para los huertos industriales, luego se desplegaría para la guerra química en contra de la gente. En esta imagen, los niños se unen a los preparativos.

Los trabajadores usaban carpas de fumigación, ácido sulfúrico y cianuro para reducir las plagas. En esta imagen los trabajadores se encuentran acompañados por niños.

Four men in coats lay on citrus crates around flaming smudge pots

La Helada

Durante las noches frías, los trabajadores de cítricos se despertaban antes del amanecer para encender los calentadores, regionalmente conocidos como “choofas,” llenos de combustible diésel. Estos calentadores producían humo y hollín que mantenía el aire caliente debajo de las lonas, tiznando y protegiendo a los árboles de las temperaturas de invierno, que bajaban lo suficiente para dañar la fruta valiosa o matar por completo a los árboles. Esta imagen muestra a los estudiantes de la preparatoria Covina, todos exhaustos, descansando sobre cajas junto a los calentadores prendidos mientras los huertos se llenan de humo.

Smudging en el cinturón cítrico, Tiznando en el “Cinturón de Cítricos”, 1952. USC Digital Library. Los Angeles Examiner Collection.

Redlands Foothill Groves packing crate label. Image shows mountains and groves in a valley with a large mission style buidling in the mid-ground

Etiqueta de la caja de cítricos de Redlands Foothill Groves, 1927. University of California, Riverside. Special Collections and University Archives.

Cultivando la Fantasía

Durante la primera mitad del siglo XX, los promotores anglosajones y los productores de cítricos idealizaron la herencia colonial española de California para comercializar sus ciudades y productos. Imágenes de las campanas de las misiones, de los padres benevolentes, de fandangos festivos y techos de tejas rojas promovieron una visión mítica de la era española y el sistema de misiones en California. Excluidos de esta imagen de fantasía, los nativos americanos fueron expulsados violentamente de sus tierras y obligados a trabajar para construir las misiones y los sistemas agrícolas traídos por misioneros y colonos, incluyendo cultivos como el de naranjas.

El sistema de misiones provocó la muerte y el desplazamiento de innumerables indígenas californianos. Sin embargo, cuando los californianos propusieron demostrarle al mundo que el estado tenía historia–como los puritanos en Plymouth Rock–eligieron una versión blanqueada de esta historia. Borraron el pasado mexicano  y la formación de estado temprana de Estados Unidos, cuando los indígenas fueron despojados de sus derechos civiles y esclavizados por su trabajo. Los promotores de California seleccionaron elementos del pasado colonial de las misiones para fabricar lo que ahora llamamos «herencia de fantasía española.» La profusión de edificios, anuncios e hitos de esta falsa historia lograron reinstalar en lugares públicos emblemas del terror racial que vivían los indígenas. Imagina ser descendiente de familiares que fallecieron en las misiones. ¿Cómo te sentirías al ver edificio tras edificio con elementos de la arquitectura de las misiones coloniales, donde ninguno menciona el verdadero destino de tus familiares en estas misiones?

 

1930s black and white image of the William E Porter home in Riveside.

Estructurando el Sueño

A principios del siglo XX, la arquitectura del Renacimiento Colonial Español se convirtió en un símbolo central de pertenencia e identidad asociados con las comunidades anglosajonas de cítricos en todo el sur de California. Los arquitectos diseñaron una variedad de casas y edificios con este estilo en toda la región del interior. Fincas de productores ricos, como la Mansión Porter de 1925 en Riverside, representaban el típico estilo de vida californiano de riquezas, salud, y de la modernidad de las innovaciones agrícolas, envuelto en la nostalgia de un pasado imaginario exótico. Las casas del Renacimiento Colonial Español—fácilmente reconocibles por sus techos de tejas rojas, arcos y paredes planas de estuco—siguen siendo icónicas en toda California, a pesar de sus preocupantes referencias a un violento pasado misionero.

Las naranjas navales de Washington rodean la mansión W.E. Porter (o “La Atalaya,” “The Watchtower”), Riverside, Calif., 1930. University of California, Riverside. Special Collections and University Archives.

Orang diplay featuring painted oranges to show a scene of a priest blessing two stereotypically depicted Native American figures

Reconociendo el Pasado

Como parte del crecimiento de la citricultura cítrica a fines del siglo XIX, las ferias de cítricos exhibían variedades locales únicas y utilizaban frutas para crear exhibiciones sobre California como la «tierra de la abundancia.» Aprovechando el hecho de que los cítricos se cultivaron por primera vez en la Misión de San Gabriel en el siglo XVIII, estas exhibiciones a menudo celebraban en lugar de criticar el pasado misionero. Esta exhibición muestra a un nativo americano arrodillado a los pies de un misionero franciscano durante una conversión religiosa y está hecha completamente de naranjas y limones. Sin embargo, esta imagen común de súplica sirvió para otro propósito: transmitir un mensaje de supremacía blanca sobre los indígenas al igual que otras personas de color.

Pie de foto de intercambio de frutas de Redlands-Highland: Piezas individuales de fruta forman esta exhibición, patrocinada por Redlands-Highland Fruit Exchange, 1949. Archivo, A.K. Smiley Library.

1920s black and white image of group of people dressed in

“Salúdenlos con naranjas”

Tours ferroviarios del “Imperio Naranja” llevaban a visitantes al interior desde Los Ángeles para, como mencionaban los folletos, presenciar “glorias escénicas infinitas de la más grande sección de cultivo de naranjas del mundo» y para experimentar el pasado de fantasía de California al igual que su presente agrícola. Esta imagen de una campaña turística de 1926 llamada «Salúdenlos con naranjas» muestra a los residentes locales vestidos con trajes típicos españoles cargando canastas de naranjas listas para encantar a los pasajeros del tren. El promotor más destacado de Riverside, Frank Miller, hizo todo lo posible para posicionar su hotel, el Mission Inn, como una parada turística clave dentro de un complejo de monumentos españoles y de paisajes cítricos, fomentando la idea errónea de que alguna vez el hotel fue una misión española.

La Cámara de Comercio de Riverside organizaba bienvenidas con trabajadores de Los Angeles Limited de Union Pacific portando trajes tipicos españoles, 1926. Museum of Riverside.

Postcard of Sherman Insitute in Redlands California showing school buildings and students assembled in a line

Recorriendo el Instituto Sherman

El Instituto Sherman, fundado en 1902, era un internado fuera de la reserva indígena que tenía como objetivo «civilizar» y «americanizar» a los jóvenes nativos al intentar despojarlos de sus culturas ancestrales y de sus lenguas indígenas. Fue construido en el estilo colonial español, comisionado en este estilo por empresarios locales como Frank Miller, quien promocionaba a Sherman como una parada turística, ya que su ubicación estaba cerca del hotel Mission Inn y al final de la línea de ferrocarril: Ambos inmuebles donde Miller tenía acciones. Más de un siglo después de la colonización, los jóvenes indígenas de Sherman vivían en edificios que parecían una misión, de los que no tenían la libertad de irse, y de los cuales eran enviados a trabajar en ranchos cercanos para recolectar y empacar cítricos con salarios reducidos. Algunos estudiantes encontraron consuelo en los huertos, donde podían hablar su propio idioma y cantar sus propias canciones.

Postal a color de Sherman: Postal, Instituto Sherman, Riverside, California, c. 1910. Colección privada.

Native American fruit picers camp showing many individuals next to cots under eyucalyptus trees

Campamento de recolectores de frutas de nativos americanos, 1897. Security Pacific National Bank Collection. Los Angeles Public Library.

Campamentos y colonias

En 1895, Riverside fue promovida como la ciudad más rica de la nación per cápita, en gran parte debido a que los cítricos estimularon el desarrollo regional. Apodado el «Imperio Naranja» por la forma en que los inversores ingleses financiaron el desarrollo de canales de riego y «plantaciones» de cítricos a gran escala, el denominativo “imperial” sirvió para resaltar cómo se colonizó el agua, la tierra y el trabajo. El aumento del valor de los cítricos aceleró el asentamiento de las antiguas tierras de los nativos americanos, mientras que la industria intensiva en mano de obra exigía un flujo constante de trabajadores migrantes e inmigrantes.

Sin embargo, la fuerza laboral multirracial forjó una comunidad a pesar de las exclusiones raciales. En Riverside, los barracones de piso de tierra para los trabajadores ferroviarios chinos, cerca de los huertos y las empacadoras, se convirtieron en viviendas para los enclaves étnicos japoneses y coreanos posteriores, quienes fueron luego reemplazados por familias mexicanas después de que los japoneses fueran desalojados a la fuerza durante la Segunda Guerra Mundial. En San Bernardino, los afroamericanos que comenzaron clareando la tierra para los cítricos eventualmente se convirtieron en propietarios de arboledas y líderes cívicos.

En las décadas de 1910 y 1920, algunos grandes propietarios de cítricos construyeron dormitorios cerca de los huertos: en sí una respuesta de corta duración a las críticas estatales y federales sobre las malas condiciones de vivienda para los inmigrantes. Cobertizos, chozas y búngalos modestos eran más la norma, albergando lo que para 1940 sería una fuerza laboral de cítricos casi exclusivamente mexicano-estadounidense. Estas comunidades de recolectores de cítricos se llamaban colonias. En ese entonces, como en el presente, fueron marginadas y segregadas de la comunidad anglosajona, pero aun así forjaron sus propias conexiones culturales a través de asociaciones mutuas, iglesias, celebraciones comunitarias y festivales.

¿Puedes pensar en las ventajas y desventajas de vivir en una colonia?

Native American children playing outside, thatched houses in the background

Rancherías
Estamos en tierra de nativos americanos. El arroyo (un lecho de río seco) detrás de usted, que atraviesa el parque, era una fuente de sustento como parte del territorio tradicional de las tribus Cahuilla, Luiseño, Serrano y Tongva-Gabrieleño. Siendo estos la fuerza laboral más grande del siglo XIX, hasta la llegada de inmigrantes chinos, japoneses y mexicanos, muchos se vieron presionados a trabajar en la industria cítrica con bajos salarios. Algunos miembros de la tribu Cahuilla vivían en aldeas llamadas rancherías al igual que en campamentos cerca de los huertos. Cuando un cultivador de cítricos en 1903 desvió la única fuente de agua para indígenas Serrano que vivían en la Reserva San Manuel, los residentes que ya eran obligados a trabajar en los huertos, además, tuvieron que bañarse en los residuos de la irrigación y aparte llevar agua potable desde lejos.

Spring Rancheria, pueblo de Cahuilla, Mt. Rubidoux, Riverside, Calif., 1886 Museum of Riverside.

Chinese laborers at F. B. Devine packinghouse in 1880s

El Barrio Chino

A medida que los hombres inmigrantes chinos hicieron la transición del trabajo ferroviario a la industria cítrica en las décadas de los 1870s y 80s, se establecieron en comunidades a lo largo del “cinturón de cítricos.” Muchos trajeron su conocimiento cultural de los cítricos desde China, donde los cítricos se habían cultivado durante miles de años. El “Método Riverside” de riego por surcos – un uso más eficiente del agua que los esfuerzos anteriores – fue una contribución china al igual que los métodos de recolección y empaque que permitieron la distribución masiva de cítricos. Debido a leyes de discriminación racial, en 1885 la comunidad se vio obligada a abandonar el centro de la ciudad y trasladarse a las afueras, donde la población china podía aumentar de 400 a 4.000 durante la temporada de cosecha. La población de colonos chinos finalmente disminuyó debido a las restricciones de inmigración xenófobas, incluida la Ley de Exclusión China.

Empacadora F. B. Devine, Riverside, Calif., 1888. University of California, Riverside. Special Collections and University Archives.

Black and white early 1900s group portriat of Korean Riversiders near the gage canal

Campamento Pachappa

Establecido en 1905 y con una duración hasta 1918, el Campamento Pachappa en Riverside fue el primer asentamiento organizado por coreanos en la parte continental de Estados Unidos. Pachappa–una palabra Cahuilla–era también el nombre de la calle junto a las vías del tren y las empacadoras donde se juntaba la fuerza laboral. También había asentamientos coreanos más pequeños en las ciudades de Upland, Redlands y Claremont, pero Riverside se convirtió en un destino popular debido a la relación que el líder de la independencia Coreana, Ahn Chang Ho, estableció con los propietarios agricultores de cítricos para emplear a trabajadores coreanos. Además, mientras que otros campos de trabajo coreanos en todo el estado eran en su mayoría hombres jóvenes y solteros, el campo Pachappa de Riverside prosperó con familias que se establecieron allí juntas, estableciendo iglesias, escuelas, una oficina de trabajo y otras instituciones sociales importantes.

Residentes del Koreatown de Riverside sentados junto al canal Gage, 1911. Young Oak Kim Center for Korean American Studies. University of California, Riverside.

Casa Blanca Elementary school class picture from 1927 showing mostly Mexican students and two white teachers

Casa Blanca

Cuando Simona Valero era una niña en el barrio de Casa Blanca en la década de 1930, sus recuerdos incluían el olor a comida italiana que entraba por la ventana y del japonés y el español que se hablaban en la misma cuadra. Esta colonia multirracial se desarrolló para servir a la industria de los cítricos, pues, especialmente después de la década de 1910, incluía familias de México que huían de la inestabilidad económica y política de ese país a causa de la Revolución Mexicana . Estos inmigrantes mexicanos establecieron pequeñas empresas, celebraban festivales comunitarios y sirvieron con orgullo al ejército estadounidense. Sin embargo, a los niños de color solo se les permitió asistir a las escuelas segregadas y de calidad inferior, Irving y Casa Blanca. Ante la evidente violación de los derechos civiles, estas familias lucharon por la desegregación y ganaron en 1965.

Escuela Casa Blanca, 1927. Colección de Morris Mendoza.

Pasadena Luscious oranges citrus crate label showing a young girl smiling holding an orange section

Anuncios innovadores de Sunkist que relacionan a las naranjas con la buena salud, marca Luscious, 1918. Huntington Library, San Marino, Calif.

Cítricos agridulces

En 1928, las ventas de jugo de naranja Sunkist fueron superadas solo por Coca-Cola, a pesar de que los estadounidenses apenas habían consumido «una naranja en un vaso» solo un par de años atrás. Fue posible para la industria, a través de la creación de una marca y el poder colectivo de los agricultores que se unieron en 1893 bajo el nombre del Intercambio de Frutas del Sur de California, obtener el control de un mercado impredecible. Compartieron empacadoras, estandarizaron sistemas de clasificación y estabilizaron los precios. Bajo consignas como «Cítricos para la salud, California para la riqueza,» se autodenominaron Sunkist (un juego de palabras en inglés que hace referencia a ser besado por el sol) y esparcieron por toda la nación anuncios que reforzaban la mitología de los cítricos como «la generosidad de la naturaleza.»

Esto estaba muy lejos de la verdad sobre la producción industrializada corporativa, o las «fábricas de cítricos en el campo.» Para disminuir los costos y aumentar la producción y las ventas, la Bolsa se basó en un suministro constante de mano de obra migrante e inmigrante que era fácilmente explotable y en un control casi monopolista. Los trabajadores, a veces con la ayuda de sindicatos más grandes, luchaban periódicamente por salarios justos y mejores condiciones de trabajo, especialmente en la década de 1930, cuando California fue líder en la nación en huelgas agrícolas. Aunque los trabajadores de los cítricos lograron avances modestos entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, estos nunca se sindicalizaron por completo. Esto fue debido a la represión violenta, las leyes laborales inadecuadas y en última instancia debido a la implementación federal del acuerdo de trabajadores invitados entre Estados Unidos y México conocido como el «Programa Bracero» ( 1942-1964). Después de que terminó el Programa Bracero, muchos productores todavía dependían de una afluencia de trabajadores ahora «ilegales» provenientes de México, que seguían siendo la columna vertebral de la fuerza laboral.

 

Wookblock print of a striker laying prone on the ground with orange tree above him

Gunkist

“Disparar a matar” fue la directiva dictada por el Sheriff del Condado de Orange a sus ayudantes y vigilantes armados enviados a vigilar los huertos donde cerca de 3,000 naranjeros (trabajadores mexicanos de naranjos) se declararon en huelga en 1936. Luchando por 40 centavos la hora en lugar de 27 centavos, transporte, herramientas gratis y el derecho a sindicalizarse, los huelguistas utilizaron habilidades de activismo laboral que habían aprendido en México y también contaban con una comunidad que se unió a ellos para ayudarlos. El alguacil, él mismo propietario de una huerta, declaró que los agitadores eran comunistas y reprimió brutalmente la huelga: Este los atacó, lanzándoles gases lacrimógenos, encarcelándolos, deportándolos y poniéndolos una lista negra. La periodista y abogada Carey McWilliams rebautizó a Sunkist como «Gunkist.» Otros señalan que estos eventos ampliaron las diferencias raciales y las desigualdades económicas entre las comunidades anglosajonas y latinas del Condado de Orange.

Imagen de la defensora de los derechos civiles y periodista Carey McWilliams, «Gunkist Oranges,» Pacific Weekly, 20 July 1936.

1930s black and white photo showing a man dumping oranges from a truck onto the side of the road, the road is covered in rotten oranges

“Un Lodo Putrefacto”

Durante la Gran Depresión, cuando los niños morían de desnutrición, se destruyeron miles de toneladas de naranjas para que la sobreproducción de la industria frente a las bajas ventas no obligará a bajar los precios de los cítricos. Uno de los pasajes más famosos de Las uvas de la ira (1939) de John Steinbeck critica la economía inmoral de la agroindustria: “La gente viene en carros traqueteantes para recoger las naranjas tiradas, pero se rocía queroseno. Y observan… las montañas de naranjas se derraman hasta convertirse en un lodo putrefacto; en los ojos de la gente está el fracaso; en los ojos del hambriento hay una ira creciente.» Aunque los cítricos no fueron el único cultivo que se destruyó para controlar los precios mientras que un millón de personas pasaban hambre, esta imagen de desperdicio contrastaba con las perfectas vistas promocionales de Sunkist del paisaje de cítricos saludable y verde.

Miles de toneladas de naranjas fueron arrojadas y arruinadas con creosota para mantener los precios de mercado de las naranjas, 1938. Colección privada.

La Empacadoras

¿Quiénes están trabajando en la línea de empaque? ¡Mujeres! Latinas, para ser exactos.

Aunque los hombres inmigrantes chinos y japoneses recogían y empacaban fruta a fines del siglo XIX, la clasificación y el empaque de los cítricos se convirtió más tarde en «trabajo de mujeres.» Los factores de género y raza han dado forma a la división del trabajo desde entonces. En la década de 1940 las latinas eran mayoría en la línea de ensamblaje de las empacadoras, donde el trabajo era repetitivo y las empacadoras eran frías en invierno y calurosas en verano. En la década de los 1990s, las mujeres que trabajaban en las empresas empacadoras de limón más grandes de California ganaron casos de discriminación sexual luchando en contra de la desigualdad de horas, trabajos y salarios que sufrían a comparación de las condiciones de los hombres. A pesar de esto, hoy día las mujeres siguen clasificando y empaquetando los cítricos mientras que los hombres los siguen recogiendo en los huertos. Incluso, hoy en día estos trabajos están desapareciendo frente a la automatización en la industria.

Latinas en la línea de empaque de Sunkist, 1939. David Boulé California Orange Collection. Special Collections, The Claremont Colleges Library.

Bracero Rafael Gonzales posing at Cone Camp

Campamentos de Braceros

A mediados de la década de 1910, los propietarios de los huertos consideraban a los trabajadores mexicoamericanos y a sus familias como una fuente estable de mano de obra manejable y de bajo salario. No es sorprendente que dichos productores se opusieran cuando esta fuerza laboral abogó cada vez más por los derechos laborales en la década de los 1930s. A los problemas de la industria se sumó la escasez de mano de obra durante la Segunda Guerra Mundial. El Programa Bracero (1942-1964) resolvió el problema, proporcionando trabajadores temporales invitados de México conocidos como «braceros” que se convirtieron en el 80-90% de la fuerza recolectora de cítricos. Los campamentos se construyeron para albergar, entretener y para controlar el movimiento de ciudadanos mexicanos durante la temporada de cosecha de cítricos. Algunos regresaron a México cuando terminaron sus contratos, mientras que otros se quedaron y pasaron a formar parte de una comunidad permanente.

Rafael Gonzales, Campamento Cone, Redlands, Calif., c. 1942. Inland Mexican Heritage.

Black and white photo of a man using a stump puller to remove a citrus tree

Weldon Field inventó el «arrancador de troncos de árbol» y se mantuvo ocupado en el Condado de Orange mientras los huertos daban paso a desarrollos de tramos suburbanos.ca, 1950. Orange County Archives.

Del Imperio Naranja al Imperio de la Logística

Un siglo después de que se despejaran las tierras para los cítricos, el Imperio Naranja perdió sus huertos. En las décadas de 1940 y 1950, millones de árboles fueron arrancados desde la raíz como la única forma de detener la rápida propagación del “declive rápido” (virus de la tristeza). La adopción de la producción comercial de cítricos a gran escala como monocultivo aceleró su difusión. Esto abrió el camino para un uso más lucrativo de la subdivisión de los huertos para el desarrollo suburbano en las décadas de 1950 y 1960. Hoy en día esas casas y las últimas plantaciones de cítricos están rodeadas por los empleadores más grandes del interior del sur de California, mega-centros logísticos que trabajan para Amazon, Walmart y Target, entre otros.

La industria de la logística está basada en los mismos cimientos que la industria cítrica. Ambas dependen de la entrega rápida por ferrocarril y carreteras, una fuerza laboral temporal con bajos salarios y protecciones ambientales débiles. Las comparaciones entre los dos imperios, desde los cítricos hasta la logística, revelan continuidades sorprendentes, especialmente en términos de sus impactos desiguales sobre los indígenas y otras personas de color.

Los impactos ambientales de ambas son muy extensos: el diesel quemado para calentar los cítricos durante una helada invernal fue notorio por el smog y el hollín que dejó. Hoy en día, las comunidades luchan para reducir la contaminación por diesel de los camiones y trenes de reparto que se mueven por sus vecindarios. También prevalecen cuestiones laborales similares. Así como los trabajadores de los cítricos se esforzaban por recolectar lo más rápido posible, así también lo hacen los trabajadores del almacén, que también se les conoce como recolectores. Hoy, la construcción del movimiento en el “imperio de la logística” es llevada a cabo por descendientes del “imperio naranja,” quienes abogan por un aire limpio y un salario digno.

Combined images of citrus workers working on a conveyorbelt and Amazon workers working on a logistics line

Vida en el Cinturón

Tanto el procesamiento de los cítricos, como el de la logística, ambos dependen del entrelazamiento del trabajo humano y mecánico a través del mismo estilo de cinta transportadora y línea de montaje. Movimientos repetitivos junto con el ritmo rápido requerido para mantenerse al día con las máquinas, las condiciones climáticas extremas dentro de los almacenes y el alto volumen de ruido caracterizan a ambas industrias. Además, las herramientas digitales han amenazado los trabajos en cada industria, donde la automatización y la robótica reducen la necesidad de humanos y la vigilancia por computadora asegura que los trabajadores cumplan con los objetivos de productividad. El sustento de los trabajadores depende de dicha productividad. A los trabajadores de las empacadoras de cítricos se les pagaba según la cantidad de cajas de naranjas que podían empacar al día, y los empleados de Amazon hoy en día deben mantener una «cuota de recolección» obligatoria para garantizar la seguridad de su empleo.

Arriba: Mujeres en la empacadora de la Asociación de Naranjas y Limones de Corona-College Heights, 2017. Foto de Thomas McGovern.

Abajo: Workers at Amazon Fulfillment Center, Tracy, Calif., 2015. REUTERS/Robert Galbraith.

Combined image showing 1960s image of Redlands orange groves and 2020s image of warehosues where groves once stood

Almacenes en Crecimiento

Así como la industria de los cítricos alteró el paisaje a fines del siglo XIX, las tierras agrícolas comenzaron a ser despojadas a fines del siglo XX para dar paso al principal empleador del interior del sur de California: almacenes de logística o de distribución. En la década de 1950, las plagas de los cítricos, el costo del agua y las demandas de industria y vivienda hicieron que los huertos fueran menos rentables. En la primera década del siglo XXI, estos terrenos fueron declarados «más baratos que la tierra misma.» Grandes corporaciones como Prologis compraron grandes hectáreas, arrancaron huertos y construyeron almacenes en su lugar. En la cercana ciudad de Redlands hay algunos huertos que permanecen intercalados entre almacenes. Estos pequeños huertos y las viejas palmeras que bordean las calles son los únicos recuerdos del pasado cítrico de la zona.

Arriba: Vista aérea de Redlands, Calif., 1950s. Archives, A.K. Smiley Library.

Abajo: Centro de distribución de Prologis Redlands, Redlands, 2015. Prologis.

Many workers standing with strike signs one reads

Luchas por la justicia laboral

En 1941, cerca de 800 trabajadores de cítricos mexicoamericanos en Corona se organizaron para hacer huelgas en las empacadoras locales luchando en pro del reconocimiento sindical, salarios justos y mejores condiciones laborales. Esfuerzos como estos lograron pequeños beneficios momentáneos para los trabajadores ya que los agricultores y sus alianzas antisindicales constantemente debilitaban la formación de sindicatos por parte de los trabajadores de los cítricos. Hoy en día, las organizaciones comunitarias como el Centro de Recursos para Trabajadores de Almacenes reconocen que al «estrangular» la cadena de suministro mediante huelgas y plantones pueden obtener derechos para los trabajadores que transportan mercancías a través de la región. Usando juicios legales y manifestaciones, como se muestra aquí en la que fuera la compañía de distribución de mercancías más grande de los Estados Unidos, California Cartage, los trabajadores de almacenes obtuvieron con éxito derechos para sindicalizarse, salarios mínimos más altos, mayores protecciones para los trabajadores y mayor seguridad laboral.

Trabajadores de cítricos en huelga, Corona, Calif., c. 1941. Board of Trustees of the Corona Public Library.

Warehouse workers striking, holding signs and wearing orange safety vests

Huelga de trabajadores de almacén en California Cartage, Long Beach, Calif., 2015. Warehouse Worker Resource Center.